Verde que te quiero verde

Andando todo se de distinto: cada paso cuenta y se sienten en el cuerpo todos los metros recorridos; la velocidad es mucho más lenta y se tiene tiempo para percibir cada detalle. En cuatro horas recorres lo que en coche serían quince minutos. Da tiempo a ver o todo, detenerse decidir y cambiar de opinión, volver atrás a disfrutar y a odiar el Camino, a emocionarte cuando ves que ya llegas al final de la etapa. También las transiciones del paisaje ocurren de forma mucho más gradual. Poco a poco, a partir de la zona de León y cuanto más nos acercamos a Galicia, el entorno se ha ido enverdeciendo y los pueblos cada vez son más cucos y cuidados: con casas de piedra y tejados de pizarra, balcones de madera con geranios y enredaderas... Todo muy coqueto.

Las zonas de sombra y los ríos donde bañarse van incrementándose y lo raro es no tener al menos un paro de ocasiones al día para darse un chapuzón. Pior contra, hay zonas mucho más montañosas y las etapas se han vuelto más duras: cuestas empinadas que tanto al subir como al bajar hacen sudar, por no hablar de las piedras que machacan los tobillos. Pensad que andar por estos tramos es duro de por sí, pero con el peso añadido de la mochila y lo que te desestabiliza es más difícil aún. Pero con lo bonito que es, casi se te olvida.

Hoy miraba el mapa de lo que llevo recorrido con orgullo y asombro. Se nos olvida lo que somos capaces de hacer y cuando te demuestras que puedes vivir más allá del confort que nos dan los coches, nuestras casas, renuncias a casi todo y ves que todo lo que necesitas cabe en.uns mochila (o menos) te sientes libre, te sientes bien. Extrañamente bien. No porque no quieras volver a las comodidades de tú vida, sino porque sabes q las disfrutarás más a la vez que no te dará tanto miedo perderlas porque hss descubierto que no las necesitas. Puedes improvisar y sentirte dueño de ti mismo. Como digo todo el rato, no deja de ser una pausa antes de retomar muchos de nuestros hábitos, pero a veces las cosas más importantes se escriben entre dos paréntesis y cambian el sentido de todo el texto. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, aunque yo creo que no con mil imágenes ni un millón de palabras podría explicar muchas de las cosas que vivo, pienso y siento, así que os dejo algunas fotos para que os hagáis una ligera idea.

2 comments:

¿Por qué haces el Camino?

¿Dónde empezaste a caminar? ¿Cuánto llevas andado hoy y a dónde planeas llegar? ¿Por qué haces el Camino?

Estas son las preguntas más habituales que se hacen los peregrinos entre sí, mucho más frecuentes que cómo te llamas, a qué te dedicas o cuantos años tienes, así cómo mucha de la información que en nuestra vida cotidiana resulta primordial pero  qué aquí puede quedar en un segundo plano, incluso ser irrelevante. Probablemente ignores toda esta información de muchas personas a las que saludas con complicidad o con la que hayas caminado a su lado. Estar en un contexto tan distinto, sin corbatas ni monos de trabajo, alejados de nuestros roles,tenemos la oportunidad de tratar con gente distinta a la de nuestra vida cotidiana sin prejuicios ni más limitaciones que nuestro ánimo y la fluidez de la conversación en sí misma.

Lo habitual es andar solo o en grupos pequeños, al margen de que inicien el viaje en grupos grandes, pero al caminar cada cual sigue su ritmo y escucha lo que le dicta el cuerpo: acelera, descansa, bebe agua, come, busca compañía o refugiate en tus pensamientos.... Y adaptan cada momento en función de estas coordenadas. Se conoce a gente d lo más variopinta, y cada historia es un mundo. Como hay tanto tiempo para hablar, se producen conversaciones de todo tipo y es imposible aburrirse.  Por otro lado, aunque mucha gente viaja sola en estas etapas, eso no significa que no veas pandillas llenas de complicidad y compadreo: si hablas con ellos, puedes sorprenderte al oír que son amigos del Camino, que se conocen desde hace apenas una semana, pero son tantas las horas, las conversaciones y la necesidad de acercamiento que enseguida forman una piña.

Hasta Sarria apenas hay españoles, y en las etapas en las que estoy yo abundan por igual italianos, franceses, estadounidenses, canadienses, coreanos, como españolitos.

Los coreanos vienen en masa porque hace pocos años una escritora publicó una novela sobre el Camino que batió records de ventas y ahora todos quieren vivir la experiencia. Son muy corteses y educados y aunque su inglés resulta incomprensible tienen muchas ganas de conocer gente y se esfuerzan mucho por hacerse entender. Van totalmente cubiertos con pantalón y manga largos y enormes sombreros para evitar el sol (¡para ellos la blancura es belleza y el moreno afea!), es un milagro que no les dé un patatús recorriendo así la meseta castellana... Conocí a Choo y Mr. Lee, que llevaban cada uno entre 25 y 30 kg de peso en la mochila porque no contaban con que en España hubiera arroz y se trajeron la comida de un mes... por si acaso.

Los estadounidenses y canadienses también vienen por un best seller pero  también por cuestiones de fe. Aunque van.en grupps grandes duelen ser muy discretos y educados, vestidod cono boy scouts y sombreros vaqueros. También los hay alternativos pero cuestan más de identificar. Hubo uno que me dijo caminaba para protestar contra las armas químicas en Corea, ya sabéis, un yanki flipado como en las películas. Me quedé con ganas de preguntarle cómo pensaba hacer visible su mensaje o si de verdad creía que en Santiago iba a esperarle el embajador coreano, si pensaba de veras que a alguien le importaban sus llagas y sus insolaciones, pero claro, habría sido algo impertinente.

He conocido una mujer que merece toda mi admiración. La pena es que las barreras lingüísticas entre nosotras impidan una conversación más fluida: ella es de Quebeq, Canadá, y sólo habla francés. Tiene unos cuarenta y cinco años y es la primera vez que sale de su país, la primera vez que coge un avión y se ha venido hasta España, sin hablar mi papa de castellano ni inglés, para hacer el Camino sola. Con un par de ovarios. No sé qué cambios en su vida pueden haber impulsado a alguien a tal aventura, pero me parece toda una hazaña.

Da escalofríos al encontrar cruces conmemorando peregrinos muertos, pero también se debe a mucha imprudencia: voy un señor con todos los síntomas de un ictus que se lo tuvo que llevar una ambulancia. Había tenido ya tres infartos cerebrales y su medicación era incompatible con largas exposiciones al sol. Lo sé, nada mejor para eso que el sol de Palencia en julio y agosto, apuesto a que cualquier médico se lo recomendaría.

Por deporte, conocer gente o recorrer España son algunas de la recibes más típicas, pero sobre todas el abunda la necesidad de un cambio vital y hallar respuestas y paz interior: tener tiempo para pensar y reflexionar, junto con las demás variantes espirituales o de búsqueda crecimiento son las motivaciones más frecuentes. Gente recién aterrizada en el inem y corazones rotos a tutiplén. Gente en busca de respuestas y necesidad de organizar su vida, así como superar el fallecimiento de algún ser querido son también muy frecuentes. Paradójicamente, la fe es la razón que menos se oye, aunque puede ser que algunos católicos prefieran no hablar en términos religiosos si no perciben que aquel que tienen delante está en su misma onda. Hay una señora que camina para pedirle a Dios que cure el cáncer de su hija, pero no es habitual encontrar historias como esta.

Casi todos, incluso los que aparentemente  son más pragmáticos, hablan del Camino como de un ente mágico y espiritual con voluntad caprichosa pero lleno de sabiduría: "el Camino te dará lo que necesites", "esta son las cosas que el Camino nos enseña", "no esperes nada de él pero recibirás cosas que ni te imaginas", "el Camino no tenía esto pensado para ti"; estas son algunas de las frases más light que podemos escuchar a diario. Lo cierto es que uno aprende muchísimo, de uno mismo y de los demás y cada día es una sorpresa, surgen mil situaciones enriquecedoras y es necesario tomar decisiones, afrontar imprevistos y superar retos (tanto mentales como físicos) que aportan un crecimiento personal muy valioso. Sin embargo, desde mi punto de vista, no se necesita ese plan superior ni hay nada sobrenatural para explicarlo. Es más una cuestión de estar receptivo y de saber dejarse llevar por este contexto tan distinto y tan especial con muchos factores distintos, pero comprendo que  resulte tan mágico e inefable que muchos personifiquen todos estos elementos en el Camino.

Como un pueblo, los que vamos a un ritmo parecido nos encontramos intermitentemente a lo largo del recorrido y nos reconocemos, ya sea por haber hablado o solo por cruzarnos en la jornada, cafeterías o albergues. Nos tenemos todos fichados y isaac hay cotilleos. A veces oyes hablar de gente a la que no has conocido pero cuya historia te llega varias veces por distintas personas. Todavía no he tenido ocasión de ver a la familia de alemanes rastafaris que recorren el Camino con sus tres retoños, el más pequeño de unos cinco añitos. Parece ser que los pequeños van también con sus estas y sus mochilas del copón, así que con esta facha se ha vuelto una familia muy popular.

Cada uno se relaciona en la medida de lo que le apetece, y otra cosa no pero buen ambiente y posibilidad de amistad se encuentran a cada paso. Hay mucha gente a la que a recordaré, la vuelva a ver o no.

2 comments:

Entre trigo y girasoles

Nunca había desconectado tanto y menos tan rápido. Es tan fácil olvidarte aquí del día de la semana...

Andar se vuelve tu rutina y cuidar de ti mismo eh las cosas más,elementales (comida, hidratación  etc) el eje de tus preocupaciones. Te desquitas enseguida de todo lo superfluo y aprendes que todo l que necesitas cabe en una mochila. Aquí todo el mundo es igual, independientemente de su edad, origen y condición social, y se hosanna las conversaciones y situaciones más variopintas con gente con la que en otros contextos no tienes ocasión de hablar.

El Camino te absorbe y te lleva a centrarte en el reto físico a la vez que te da la opción de pensar, relacionarte... Te saca de tu contexto y te obliga a centrarte en el aquí y el ahora, y te brinda cosas no imaginas.

Todo lo que dicen del Camino es cierto, pero más intenso y mejor. La solidaridad está en todas partes y la gente comparte toda la comida, bebida y demás posesiones  hay mucha generosidad, apuesto a que muchos abandonarán esta actitud cuando vuelvan a sus vidas, pero aquí es todo armonía. Lo único que la rompe son los momentos de agotamiento físico, y entonces te preguntas quién te mandaba meterte en tal fregao...

Estoy conociendo mucha gente estupenda y viendo lugares preciosos. Madrugamos mucho (entre cuatro y media y seis) para evitar las horas de más calor, pero también aprovechamos que el a la da los paisajes más bellos.  Ando una media de treinta km diarios y aún estoy sorprendida del buen ritmo que llevo, pese a que noto ya los sintomas de la fatiga acumulada

Aquí tenéis algunas fotos.

1 comments:

Reflexiones en el tren

Estoy en el tren que me lleva a Palencia, donde me dirigiré a Condes de Carrión, un pueblo a pocos km hacia el norte desde el que empezaré a andar. Se me hace imposible no pensar en los cobardes yernos del Cid, y me alegro de comenzar en un sitio con resonancias literarias como esta. Qué le vamos a hacer, cada uno tiene sus frikismos y este es el mío.

Reto conseguido: 5,3 kg de mochila. Lo tengo todo conmigo y ya estoy en movimiento. Ahora sí que la aventura ha comenzado.

Mierda. Había escrito una entrada preciosa y se me ha borrado entera. Cosas de los móviles... No tendré muchas ocasiones de acceder a un ordenador, así que las entradas tendrán que ser mucho más escuetas para vuestra fortuna, más lento y con más errores para mi desesperación. Esto me lleva a pensar que no solo he tenido que aligerar mi equipaje, también ahora tendré que hacerlo de pensamiento y palabra. ¿Cuál es la siguiente ancla de la que me deberé desprender?

El accidente ferroviario de ayer en Santiago nos ha estremecido a todos y también mi corazón está con ellos. Cualquier cosa que se diga en estos casos suena hueco en comparación con el dolor de lo sucedido. eso es lo que imprime la tragedia: horror y silencio. No creo en el destino, sino más bien en la capacidad del hombre de dar sentido y encontrar simetrías y oposiciones estéticas al caos que nos rodea. Casualidades: yo también voy en un tren, también a Compostela, también les siento cerca...

Ya he llegado a Palencia y me dirijo a Carrion. El taxista me cuenta que lleva a muchos peregrinos a puntos del camino, pero no solo como yo, para iniciarlo, sino también para hacer trampas y recorrer en coche el ochenta por cuento de la etapa. Me río porque me suena increíble pero tampoco me sorprende tanto. Lo hace casi a diario, dice. Es de suponer q las trampas y el autoestima también tienen lugar aquí.

0 comments:

Últimos preparativos

3, 2, 1...


La cuenta atrás se agota, cada vez me acerco más al cero – un cero que no equivale a la “nada” sino todo lo contrario, es un eje desde el que  empezar a contar de  nuevo- y estos días me preparo para el despegue final. Lo tengo casi todo, solo faltan algunos flecos, pero qué importantes son y cuántos. Siete y media de la mañana en el metro de Madrid.  El panorama es desolador, pero tengo tantas cosas en que pensar que el entorno no me afecta y me encierro en mi mundo (el cerrojo que ahora me aísla se llama Shostakovich, amuleto al que recurro siempre que necesito energía constante y concentración, tirar de los carros más pesados). Sé que la música y la teína serán hoy mis aliadas indispensables para llevar a cabo todo lo que necesito hacer, puesto que apenas he dormido esta noche. Me apetece empezar esta entrada ahora en el trayecto al trabajo, aunque tendré que terminarla a la hora de la comida en la oficina.

Llevo tiempo sin escribir en el blog pero la preparación ha sido constante: he continuado entrenando, y lo he hecho a conciencia, me he informado de detalles del viaje y gracias a todo ello mis planes han variado sustancialmente. Suerte que he llevado a cabo este proceso previo, ahora sé a ciencia cierta que de lo contrario habría sido un desastre.  Podría prepararme eternamente, y todavía hoy leo o me cuentan cosas que son de gran utilidad, pero de lo que realmente tengo ganas es de vivirlo de una vez por todas. Y también de compartirlo. Durante el recorrido sí tengo intención de ir subiendo más información: entradas más escuetas pero frecuentes, con fotos y aquello que me apetezca contaros. Sin embargo, siento la necesidad de escribir una última entrada más extensa y reflexiva antes de partir.

Terminar con los preparativos del viaje me está metiendo en el acelerón habitual en que me sumerjo siempre ante estas situaciones, aunque multiplicado. Si no recuerdo mal, el último viaje que me llevó tanta preparación y significó tanto para mí fue Edimburgo segunda parte (algo de lo que acabo de ser consciente ahora mismo), no sé si esto vaticina algo pero sí que corresponde a una búsqueda de cambio muy parecida la que necesitaba entonces. A veces los puntos de inflexión se sienten, se buscan.

A las cuatro me ha abandonado  Morfeo y no he tardado demasiado en renunciar a seguir durmiendo, ya me conozco. Ni corta ni perezosa me he puesto a reorganizar la maleta, planificar qué falta hacer, repaso de cada detalle, etc… Después de hora y pico haciendo cosas he logrado dormir media horita y ya ha tocado levantarse. Los días de antes de las vacaciones son siempre estresantes en la oficina, porque no cuentas con el “ya lo terminaré mañana”, sino que hay que dejarlo todo lo mejor atado posible y sabes que cuando salte algún problema no estarás ahí para justificar tus decisiones,  así que siempre tengo una tensión añadida para dejarlo todo lo mejor posible. Además, estos días la vida social aumenta porque me apetece despedirme de gente, puesto que entre las vacaciones de unos y otros dejaré de ver durante mucho tiempo a algunos que forman parte de mi vida cotidiana. Total, que los días son más largos no solo porque gocemos de más horas de sol, sino porque también me encargo de llenarlos.

El jueves me voy a primera hora: tomo un tren desde Chamartín a las siete y media de la mañana y a las diez ya debería estar andando los primeros km como peregrina, ya de modo oficial. Está ahí, ya casi lo alcanzo con la yema de los dedos. Estoy nerviosa, como un flan. No opr miedo, sino por ansiedad porque llegue ya el momento. Bueno, y también con ciertos miedos, para qué negarlo. ¿Me perderé en alguna ocasión? Buf, seguro que sí, con mi antisentido de la orientación… ¿Me tocará dormir al raso alguna noche porque no haya sitio en los hostales? Pues bien podría ser… ¿Me saldrán las tan temidas llagas en los pies? ¿Conoceré gente maja? ¿Tendré momentos de agotamiento o de sed o me faltará algo? La respuesta es sí a todo, solo espero que la impaciencia me lleva a intentar adelantarme a lo imposible. Todo llegará.

Siento la inquietud de compartir ciertas cosas de estos meses de preparación que me resultan inefables, no sé cómo podría llegar a expresarlas. La más importante es lo que, para mis adentros, llamo el proceso de «austerización». Paulatinamente he ido disfrutando más y más de los momentos de caminar, del reto físico, pero también del reto mental. Al principio usaba siempre música y mi cabeza iba a mil. Poco a poco me he ido serenando y he estado más abierta a lo que observaba fuera que a mis propios pensamientos, como si se tratara de un proceso de meditación. Cuando entrenaba, iba aumentando gradualmente el peso de la mochila, y he sido muy consciente de cuánto limita el peso: cada vez más lenta, más fatigada, y he ido eliminando muchos elementos del equipaje, incluso he llegado a pesar objetos para sustituirlos por otros más ligeros. Me he quitado casi 800 gramos, y he renunciado a muchísimas cosas que al principio me parecían fundamentales.

Me resultó muy curioso y extrañamente gratificante cuando me encontré por la calle a una persona que conozco de determinado ambiente y no me reconoció. Iba con mi ropa de deporte, mi mochila, la gorra, la riñonera… diametralmente opuesta a mi facha habitual. Tardó mucho en darse cuenta de quién era yo, pese a que le saludaba y me acercaba. Mucha gente, la que me conoce poco, se sorprende mucho cuando le cuento mi proyecto, y aún más cuando averiguan que lo hago sola. Es un cambio externo importante, pero hay otros, que no se ven, que también han tenido lugar.

Estos dos meses me han servido para conocer mucho Madrid y para conocerme a mí misma. Tanto paseo me ha descubierto muchos rincones de la ciudad y me ha dado ocasión de reflexionar.  He tomado decisiones que eran necesarias, he tomado conciencia de cosas que veía, pero que no había tenido tiempo de madurar, o de aceptar. Muchas veces cuando camino me vienen las ideas como asentadas: quizá llevo semanas recibiendo información, teniendo intuiciones que aparto, pero ese momento de serenidad es el que consolida el nuevo pensamiento que aparece fulminante, o el que me da la fuerza abrir los ojos y mirar mejor.

También he tenido que renunciar a cosas, ya que las horas del día son limitadas y mi energía también, aunque a veces me olvide de ello y actúe como si pudiera con todo. He disminuido las horas dedicadas al baile y a cierta vida social, no porque ahora baile poco o no me relacione, sino porque en el último año esta parte de mi vida ha sido especialmente intensa y me admito que me tocaba parar un poco, al menos para tomar aire. Qué fue antes, el huevo o la gallina; mi necesidad de tomarme las cosas con más surge porque se fraguaban cambios o al contrario, porque me he serenado el resultado ha sido esta nueva perspectiva y he sido capaz de  afrontarlos. No solo es un tiempo de serenidad, también de entradas y salidas: algunas personas han salido de mi vida, se han puesto puntos sobre las íes, ha habido decepciones mutuas y optado por salidas divergentes (en más de un caso ha sido una gran liberación); además, ha llegado gente nueva o personas que ya estaban han resultado mucho más cercanas. El balance es más que positivo, pero realmente intenso.

¿No dicen que el Camino ayuda a la transición espiritual? Una persona muy especial me dio un consejo precioso: coge una piedra en Madrid o en Barcelona y proyecta en ella todo aquello de lo que te quieras desprender y déjala en la Cruz de Ferro en el Bierzo. Por supuesto lo haré.

De los muchos consejos que he recibido, está el de un amigo que ya ha hecho el Camino que me dijo que en estos últimos días lo más importante era ir bien descansada para afrontar la peregrinación con fuerzas suficientes, ir sin sueño, decía, es preferible que aprovechar para entrenar. Le estoy haciendo caso (bueno, lo que mi cabecita le deja, porque luego se despierta a las cuatro de la mañana…) y me estoy tomando las cosas con calma. Entre hoy y mañana procuraré no cometer sobresfuerzos y centrarme en dejarlo todo listo.

La próxima vez que escriba algo será ya desde una orilla completamente distinta: la cuenta no será la de los días para irme sino los km recorridos, o los pendientes por llegar.

¡Buen Camino!


Tú vives en tus actos


Este poema de Salinas me gusta porque habla de la libertad, incluso de la elección para equivocarse o sucumbir a aquellos que nos nace. Podemos elegir y errar, podemos disfrutar de ello, lo cual es maravilloso e inevitable. Cada línea destila fuerza y clarividencia, así como una pulsión vital que me contagia de sensaciones muy 

diversas. 

Espero que os guste


Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.

De tus ojos, solo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.

Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.

Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.

Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.

Y era yo.

0 comments:

Primeros pasos


De estreno


El otro día estaba como una niña con zapatos nuevos, literalmente, ya que el sábado pasado me compré las zapatillas de Trecking que usaré durante el viaje.  Será la primera vez que me alegre de machacar unos zapatos jajaja, y es que a estos voy a someterlos a tanto trote como me sea posible. 


Muchas gracias a todos por los consejos. Pablo me dijo que las comprara de caña baja para tener mejor movilidad en el tobillo y que me comprara un número más para que no me provocaran rozaduras y seguir cómoda si se hincha el pie. El chico de mi tienda de zapatos favorita me dijo que era importante que la suela fuera de gel y me sugirió que mirara en una tienda de una marca en concreto.

Al final me gasté más de lo que tenía pensado, pero se trata de una inversión más allá de este viaje en concreto y creo que durante la travesía mis pies lo agradecerán. Me las he puesto ya varias veces y no he notado ningún tipo de molestia, tanto en el gimnasio como por la calle.


Paseando por el parque


Finalmente, decidí llevármelas a dar un paseo en un ambiente más parecido al que me pueda encontrar durante el viaje. Tengo la suerte de vivir al lado de uno de los parques más bonitos de Madrid, el Parque del Oeste. No es tan famoso como el del Retiro pero a mí me gusta más precisamente por no ser tan artificial y ensortijado, sino que es agreste, con subidas, bajadas, árboles y vegetación, zonas de tierra y caminos de cemento.



Me siento afortunada de tener un espacio tan bonito y cuidado a tiro de piedra, no sé por que no lo he aprovechado más hasta ahora. Está en el corazón de Madrid pero uno es capaz de adentrarse en un lugar donde sumergirse en un espacio donde la tranquilidad, el deporte y la naturaleza pueden hacernos olvidar del humo, los ruidos, los coches y las prisas.


Para mi sorpresa, he descubierto que es mucho más grande de lo que yo creía y que hay mucha extensión de parque más allá de la zona donde creía que terminaba. Había mucha gente corriendo, yendo en bici, me sentí muy acompañada. Esto ayudará a que el proceso de domesticar las zapatillas sea mucho más entretenido



Esto se pone serio... ¡a entrenar!


Es curioso cómo puedes haber visto un sitio durante años de un modo y de repente, a raíz de un pequeño cambio, cambias totalmente tu percepción del lugar. Antes este era un lugar donde descansar y tomar el sol ocasionalmente, pero se va a volver uno de mis centros de operaciones

Mis paseos, hasta ahora tan frecuentes, no son lo único que ha cambiado desde que empecé a tomar medidas para alcanzar mi nueva meta. También el ir al gimnasio tiene un nuevo objetivo y finalmente ayer comenté con el monitor que me hace las tablas de ejercicios el nuevo reto y la verdad es que me animó un montón y me dio muy buenos consejos.

Para empezar, vamos a incrementar los ejercicios de espalda para que el peso de la mochila no me castigue tanto. Me dijo que no me preocupara, que todo lo que me mandara se encaminaría a reforzar pero en ningún caso a ensanchar (jeje, se nota que sabe lo que nos preocupa a las mujeres). Muchos de los ejercicios que me va a mandar los haré con refuerzo de peso en las piernas para que luego todo me resulte más sencillo. Por último, tengo que cambiar mi manera de trabajar el cario, buscando sobre todo el trabajo en cinta simulando cuesta y step. Además, me dijo que cuando ya estuviera un poco más en forma era bueno entrenar con una mochila a la que añadirle algunas mancuernas para acostumbrarme a entrenar con peso en la espalda. En realidad, muchísimos foros recomiendan con la misma mochila con la que vaya a hacer el Camino, para acostumbrarse a las misas condiciones en que se va a peregrinar.

Me animó muchísimo y me dio muchos consejos variados, pero sobre todo me ayudó a sentirme que podía con ello.

Dicen que es necesario empezar a entrenar, usar las zapatillas unos dos meses antes de iniciar el viaje, por el momento voy con tiempo más que suficiente, pero no puedo dormirme en los laureles. 


No es el mundo el que cambia sino los ojos con que lo miramos


Poco a poco voy asumiendo esos cambios que, como decía en otra entrada, hacen que me vaya introduciendo física, emocional y mentalmente en el Camino. Crece la ilusión y lo siento cerca, no solo en el tiempo sino como algo conocido.

Ahora voy por las calles y parques pensando en cómo puedo usarlo para entrenar de forma variada. Pienso en la ropa, los zapatos en función de su comodidad y analizo cada objeto cotidiano en términos de “no pesa mucho, ¿cuando haga el Camino podré llevármelo?” o “sin duda voy a estar casi tres semanas sin usar esto o hacer aquello, me pregunto cómo será cambiar así las rutinas”.

Uno de mis poemas favoritos de JRJ es precisamente ese en que, estando de luna de miel, redescubre el cielo. Siempre había estado ahí, pero aprende a mirar y ver de otro modo, y toma otra conciencia de la realidad. Es un viaje interior y exterior a la vez, en el que lo cotidiano adquiere un nuevo sigificado porque su actitud hacia el mundo cambia. Creo que me ocurrirán cosas como esta muy a menudo, pero de momento a mí me ha pasado ya en varias ocasiones, aunque aún no he llegado a este grdo de espiritualidad.

Veamos cómo lo dice el presuntuoso (pero genial) Juan Ramón en Diario de un poeta recién casado:

Te tenía olvidado,
cielo, y no eras
más que un vago existir de luz,
visto -sin nombre-
por mis cansados ojos indolentes.
Y aparecías, entre las palabras
perezosas y desesperanzadas del viajero,
como en breves lagunas repetidas
de un paisaje de agua visto en sueños...

Hoy te he mirado lentamente,
y te has ido elevando hasta tu nombre.




0 comments:

El equipaje durante el Camino de Santiago


Cada gramo cuenta


Se me ha quedado grabada una frase que leí hace unos días en un foro, y es que decía que cuando lleváramos varios días cargando la mochila "nos va a pesar hasta el cepillo de dientes".

La ligereza de nuestro equipaje es crucial, no solo para nuestra comodidad, agilidad y reducir la fatiga, es también una cuestión de salud con importantes consecuencias. Llevar una mochila más o menos pesada es un serio condicionante a la hora de sufrir molestias, tener llagas en los pies e incluso rozaduras en la espalda ocasionadas por la ropa y la propia mochila. Cuentan los  peregrinos que la mochila será nuestra cruz durante toda la travesía, que reconsideraremos cada una de las cosas que nos hayamos llevado y que por poco que  podamos nos desharemos de ellas.

¿Cuánto debe pesar la mochila? No más del 10% de nuestro peso corporal. En mi caso eso lo reduce a poco más de 5kg, y si contamos con que la mochila suele pesar entre 400 y 800 gr, no hay mucho margen para llenarla sin sobrepasar el límite recomendado.


Lista básica


Los consejos sobre el camino son muchos y muy variados, pero la lista del equipaje es prácticamente idéntica en todos los casos:


IMPRESCINDIBLE

botas de montaña
importante que estén usadas y adaptadas
mochila
con refuerzos a la espalda y sujeción a la cintura para que el peso se reparta bien
bastón
algunos recomiendan llevar hasta dos bastones
2 o 3 pares de calcetines transpirables
recomiendan que sin costuras y a ser posibles antillaga
2 camisetas manga corta
deben ser transpirables y evitar el algodón (no se seca rápido, el sudor se queda y eso provoca rozaduras)
1 pantalón corto y 1 extensible

camiseta de manga larga
por la noche puede refrescar
sudadera

3 mudas

sandalias o zapato de descanso
para alternar cuando no estemos de travesía
chanclas ducha

toalla pequeña

gorra, protección solar y cacao labial
mucho cuidado con las insolaciones
saco de dormir

camiseta/pijama

pastilla de jabón
se lava la ropa prácticamente a diario y se seca colgándola de la mochila
linterna y pilas

botiquín
lo imprescindible para las ampollas y llagas en los pies y curas básicas
tapones para los oídos
los albergues no son hoteles de lujo, y parece ser que los roncadores y ruidosos abundan
navaja multiusos y mechero

neceser básico
champú, maquinilla de afeitar, peine,  cepillo de dientes, desodorante y poco más
otras cosas
cargador de móvil, papel higiénico



OPCIONAL (según mi criterio previo)

bañador
lo ponen en algunas listas pero supongo que es algo prescindible
esterilla
muchos lo ponen como imprescindible, mientras que otros lo ven innecesario si se va a dormir en albergues
bol y cubiertos

cantimplora
algunos dicen que es mejor comprar botellas de agua mineral, así cuando no se necesita se puede prescindir un un bulto
desinfectante multiusos e insecticida



Otras cuestiones:

v  He oído hablar del “ungüento del peregrino”. Se usa para aliviar el dolor de pies y prevenir las llagas y ampollas. No sé dónde se compra ni si es realmente es imprescindible. ¿Alguien tiene más información?

v  Jamás he estado sin leer un libro, no sé cuánto tiempo de ocio cuando no esté andando o visitando lugares, no cuántas fuerzas me quedarán para la lectura por la noche, pero sencillamente no concibo estar sin ninguna lectura entre manos. Tenía pensado llevarme el ebook, que ocupa y pesa muy poco, pero quizá sea un bulto innecesario.


Confesiones:

v  Antes muerta que sensilla, los que me conocen ya lo saben, y mi maquillaje básico no me lo quita nadie: cubreojeras, lápiz de ojos y rímel, a menos no estoy dispuesta.

v  Dicen que lo mejor es lavar la ropa a diario y dejar que se seque colgada de la mochila. Tendré que verme, pero, ¿de verdad tienen que ir mis tangas colgados de la mochila? Jo, pues me da un corte que ni os lo imagináis.


Por favor, en este apartado sí necesito ayuda y consejos. Toda opinión es bien recibida :D



Consejos del Ventero

La literatura está llena de viajes, y después de la Odisea quizá el más famoso sea el que emprende nuestro más célebre hidalgo castellano.

Hay dos pasajes de la novela que me gustan y vienen especialmente a colación: uno es cuando se está preparando su primera salida y se está componiendo su armadura; intenta comprobar la resistencia de la celada pero como se le rompe a la primera de cambio, prefiere no ponerla má a prueba para no arriesgarse a que siga siendo endeble. Al final he elegido el segundo pasaje, cuando en la venta (la cual Don Quijote toma por un castillo) el ventero le da consejos al hidalgo sobre qué debe llevar siempre encima en un viaje, puesto que no lleva ni dinero  ni ningún tipo ropa o utensilio. Don Quijote se sorprende de que en las novelas de caballerías que tanto imita no hayan mencionado estos aspectos prácticos en ningún momento y por lo tanto no ha previsto.


Preguntóle si traía dineros; respondió don Quijote que no traía blanca, porque él nunca había leído en las historias de los caballeros andantes que ninguno los hubiese traído. A esto dijo el ventero que se engañaba, que, puesto caso que en las historias no se escribía, por haberles parecido a los autores dellas que no era menester escrebir una cosa tan clara y tan necesaria de traerse como eran dineros y camisas limpias, no por eso se había de creer que no los trujeron, y, así, tuviese por cierto y averiguado que todos los caballeros andantes, de que tantos libros están llenos y atestados, llevaban bien herradas las bolsas, por lo que pudiese sucederles, y que asimismo llevaban camisas y una arqueta pequeña llena de ungüentos para curar las heridas que recebían, porque no todas veces en los campos y desiertos donde se combatían y salían heridos había quien los curase, si ya no era que tenían algún sabio encantador por amigo, que luego los socorría, trayendo por el aire en alguna nube alguna doncella o enano con alguna redoma de agua de tal virtud, que en gustando alguna gota della luego al punto quedaban sanos de sus llagas y heridas, como si mal alguno hubiesenVI tenido; mas que, en tanto que esto no hubiese, tuvieron los pasados caballeros por cosa acertada que sus escuderos fuesen proveídos de dineros y de otras cosas necesarias, como eran hilas y ungüentos para curarse; y cuando sucedía que los tales caballeros no tenían escuderos —que eran pocas y raras veces—, ellos mesmos lo llevaban todo en unas alforjas muy sutiles, que casi no se parecían, a las ancas del caballo, como que era otra cosa de más importancia, porque, no siendo por ocasión semejante, esto de llevar alforjas no fue muy admitido entre los caballeros andantes; y por esto le daba por consejo, pues aun se lo podía mandar como a su ahijado, que tan presto lo había de ser, que no caminase de allí adelante sin dineros y sin las prevenciones referidas, y que vería cuán bien se hallaba con ellas, cuando menos se pensase.



2 comments:

Caminante no hay camino, se hace camino al andar


Primeras acciones


Es hora tomar las primeras decisiones. Eso es, en cierto modo, comenzar a caminar.

Ya no basta con leer e informarse, ahora hay que empezar a hacer cosas. Ahora sí que siento que comienzo a andar y abrirme Camino.

¿Qué camino hago?, ¿dónde empiezo?, ¿en qué fecha? Tengo que hacer cálculos, pedir vacaciones, empezar a prever entrenamientos… En los foros son unánimes al decir que es imprescindible empezar a prepararse físicamente y usar el material (calzado, ropa, mochila, etc.)  dos meses antes, de lo contrario se va tarde. Si no fueran tan contundentes y tan parecidas todas las recomendaciones, no lo tomaría tan en serio, pero parece que no hay tutía.

Existen varios caminos, el más famoso y transitado es el llamado Francés, pero existen otros en función del punto de la Península del que se parte: el Portugués, el Catalán, el del Norte… en realidad lo que está definido es el destino, nuestra Ítaca, y el punto de partida es aquel en el que nos encontremos en el momento de iniciar nuestro viaje. Sin embargo, como sabéis, hay rutas tradicionales y toda una serie de servicios alrededor del peregrinaje que hacen que merezca la pena llegar hasta uno de estos puntos de la ruta establecida.



Me he decidido por hacer el camino Francés y dedicarle algo más de dos semanas para recorrerlo. Calendario en mano, he hecho todas las cábalas necesarias para cuadrar todo lo que quiero hacer en verano, presupuesto, trabajo, etc… y he decidido comenzar, nada más ni nada menos, que el día 25 de julio. ¿Sabéis qué fecha es? ¡Premio! Ese es justamente el día de Santiago, pero es casualidad, simplemente me viene bien a la hora de encajar todas mis circunstancias.

La idea es tomar un autobús hasta Burgos el día antes y trasladarme desde ahí hasta el punto en el que comience a caminar para empezar la peregrinación el mismo día 25. Según lo más extendido, desde el punto que he decidido iniciar mi Camino hasta Santiago hay 15 etapas estándar, lo cual supondrá dos semanas de viaje. Planeo llegar y pasar algunos días con mi familia gallega antes de volverme a Madrid, y también darme margen de cuatro días por si surgiera algún imprevisto, decidiera quedarme en algún lugar algún día por fuerza o por placer.

Tengo fecha, punto de partida y un plan inicial. Ahora solo queda que en la empresa me aprueben las vacaciones e ir perfilando los detalles.

Uno de los consejos que más me han gustado es no racanear el tiempo. Este peregrino aconseja no ir con prisas y dejar abierta la opción de dejarse llevar por lo que a uno pueda apetecerle: detenerse algún tiempo en algún pueblo o ciudad que nos guste, disfrutar tranquilamente del paisaje y la compañía, y no planear las etapas sin cierto margen de modo que tengamos que renunciar a cosas que nos apetezcan en ese momento o tener que acelerar en las últimas etapas. Esta flexibilidad y permeabilidad a lo que pueda surgir es el espíritu del que quiero impregnar mi viaje.

Como decía Machado


Creo que Machado sería una buena compañía para este viaje, con su carácter reflexivo, sencillo, crítico y de buen talante. Al menos sus escritos me acompañarán.

Cada uno tiene su viaje y su vivencia personal hace que este sea único e irrepetible. Aunque el recorrido exterior sea parecido, los trayectos son solo dibujos en un mapa, líneas de marcadas en la arena que se borran con el viento. Cada paso que se da es fruto de las propias decisiones y su esfuerzo, y únicamente el caminante comparte esa posición y punto de vista. Cada paso,  puede ser una aventura.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar. 

2 comments:

Así empezó todo


Por qué este cuaderno


Comienzo este viaje mientras termino otro viaje. Voy en autobús de Barcelona a Madrid regresando de un pequeño descanso entre los míos, ocho horas de viaje dan para mucho., incluso para empezar un blog. Soy muy inconstante con los diarios, espero ser un poco más regular con este tema. La verdad es que no quepo en mí de la ilusión…

Está decidido, voy a hacer el Camino de Santiago. Estos días me he empapado de muchísima información acerca de todo lo que rodea el Camino y poco a poco iré volcando aquí, cuando yo misma la asimile y consiga poner orden a toda la avalancha de información.
Hace mucho que tenía en mente hacer esta peregrinación, y una vocecita dentro siempre me decía que lo que verdaderamente me apetecía era realizarlo sola. En varias ocasiones han surgido conversaciones con amigos en las que se planteaba hacer juntos la peregrinación, pero en el fondo sabía que con ello estaba renunciando a parte fundamental de la esencia del viaje, al menos tal y como yo lo había concebido. Hacerlo por mi cuenta no se debe a buscar la soledad sino a tener la libertad total de buscar otra compañía, y sí, también gozar de cierta independencia.

Como decía, he empezado a consultar información, al ver que mucha valía la pena registrarse para usarla luego en el viaje, he visto que se me acumulaban los datos y ha surgido la necesidad de elaborar mi pequeña  guía adaptada. He estado añadiendo notas y reflexiones y se me ha ocurrido escribir un diario, porque será un bonito recuerdo de todo estos preparativos que forman parte de la experiencia del viaje. Entonces, hablando con familia y amigos, he visto que mucha gente había realizado ya el viaje, tenía un amigo que lo había hecho muchas veces, o había estado pensando en hacerlo. Surgían mil comentarios del estilo “pues ya te pasaré el vínculo con la información” o “le preguntaré a fulanito a ver cómo hizo tal cosa…”, así que creo que la mejor manera de compartir este bonito proceso es ponerlo visible en internet. Me servirá a mí para unificar todo el material y tener un recuerdo, ayudará a los demás a colaborar con sus pequeños granitos de arena a construir entre todos este viaje y quién sabe, quizá en el futuro, cuando ya lo haya terminado, puedo usar algunas entradas para ayudar a futuros peregrinos a construir su propia expedición.

¿El nombre del blog? Apenas tuve que pensármelo. Ítaca, todo un símbolo de las aventuras y el crecimiento personal, viaje entre los viajes, ya sean interiores o exteriores. Ítaca es el destino, no el camino; es una búsqueda de algo inefable que se materializa en un objetivo pero que está dentro de cada uno: como a Ulises, esta fuerza se convierte en un motor nos permite aprender, purgarnos, compartir y acumular, nos da ilusión, sentido y nos  brinda la opción de elegir nuestros pasos, equivocarnos y disfrutar; en definitiva, de vivir.

Realmente el viaje ya ha comenzado, y lo estoy disfrutando.

Primeros preparativos


Este primer sondeo se ha convertido en un verdadero trabajo de investigación y me lleva a descubrir muchas cosas, entre ellas la importancia de preparar el Camino, tanto mentalmente como también adelantarse con aspectos prácticos. En algunos viajes uno puede adelantarse y planificar, ver detalle a detalle antes de partir o, por el contrario, dejarse llevar por la improvisación. Sin embargo, con el Camino esta segunda opción no se puede hacer. Me explicaré mejor.

Hay cosas lógicas que incluso los que no estamos avezados al deporte de montaña podemos deducir, por ejemplo, la necesidad de realizar cierto entrenamiento previo. Otras cosas,  como la elección del material o algunos consejos básicos que no se me habrían ocurrido, pero que al leerlas veo que son de cajón. Lo curioso y bonito, en cambio, es descubrir aquellas cosas que son propias y únicas del Camino que solamente pueden descubrirse si alguien que ya lo ha recorrido las comparte, que no son transparentes ni el para más experto montañés por muy curtido que esté. Descubrir las peculiaridades del Camino, con su idiosincrasia y sus obstáculos, está siendo toda una experiencia

Afortunadamente, la información es muchísima y muy accesible, la gente se muestra muy colaboradora en foros y se intuye que esa fraternidad se hará extensible a muchas personas que me cruce en la peregrinación. Se percibe, se palpa, la gente vive muy intensamente esta experiencia y eso hace que mi ilusión crezca por momentos. Muchas gracias a todos aquellos que, sin saberlo, me habéis ayudado ya tanto compartiendo vuestras experiencias y permitiendo que aprenda de vosotros.
Seguiré contando…

En busca de mi Ítaca…


Comienzo este proyecto con muchísimas ganas e ilusión, como he dicho se trata de ir más allá del viaje en sí mismo.

Desde el primer momento he tenido presente las palabras de Kavafis, y para qué decir con mis torpes palabras lo que ya está expresado con maestría. Muchos ya conoceréis su poema más famoso y aquellos que lo leáis por primera vez seguro que encontráis muy sabios estos versos.


Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

4 comments: