Caminante no hay camino, se hace camino al andar


Primeras acciones


Es hora tomar las primeras decisiones. Eso es, en cierto modo, comenzar a caminar.

Ya no basta con leer e informarse, ahora hay que empezar a hacer cosas. Ahora sí que siento que comienzo a andar y abrirme Camino.

¿Qué camino hago?, ¿dónde empiezo?, ¿en qué fecha? Tengo que hacer cálculos, pedir vacaciones, empezar a prever entrenamientos… En los foros son unánimes al decir que es imprescindible empezar a prepararse físicamente y usar el material (calzado, ropa, mochila, etc.)  dos meses antes, de lo contrario se va tarde. Si no fueran tan contundentes y tan parecidas todas las recomendaciones, no lo tomaría tan en serio, pero parece que no hay tutía.

Existen varios caminos, el más famoso y transitado es el llamado Francés, pero existen otros en función del punto de la Península del que se parte: el Portugués, el Catalán, el del Norte… en realidad lo que está definido es el destino, nuestra Ítaca, y el punto de partida es aquel en el que nos encontremos en el momento de iniciar nuestro viaje. Sin embargo, como sabéis, hay rutas tradicionales y toda una serie de servicios alrededor del peregrinaje que hacen que merezca la pena llegar hasta uno de estos puntos de la ruta establecida.



Me he decidido por hacer el camino Francés y dedicarle algo más de dos semanas para recorrerlo. Calendario en mano, he hecho todas las cábalas necesarias para cuadrar todo lo que quiero hacer en verano, presupuesto, trabajo, etc… y he decidido comenzar, nada más ni nada menos, que el día 25 de julio. ¿Sabéis qué fecha es? ¡Premio! Ese es justamente el día de Santiago, pero es casualidad, simplemente me viene bien a la hora de encajar todas mis circunstancias.

La idea es tomar un autobús hasta Burgos el día antes y trasladarme desde ahí hasta el punto en el que comience a caminar para empezar la peregrinación el mismo día 25. Según lo más extendido, desde el punto que he decidido iniciar mi Camino hasta Santiago hay 15 etapas estándar, lo cual supondrá dos semanas de viaje. Planeo llegar y pasar algunos días con mi familia gallega antes de volverme a Madrid, y también darme margen de cuatro días por si surgiera algún imprevisto, decidiera quedarme en algún lugar algún día por fuerza o por placer.

Tengo fecha, punto de partida y un plan inicial. Ahora solo queda que en la empresa me aprueben las vacaciones e ir perfilando los detalles.

Uno de los consejos que más me han gustado es no racanear el tiempo. Este peregrino aconseja no ir con prisas y dejar abierta la opción de dejarse llevar por lo que a uno pueda apetecerle: detenerse algún tiempo en algún pueblo o ciudad que nos guste, disfrutar tranquilamente del paisaje y la compañía, y no planear las etapas sin cierto margen de modo que tengamos que renunciar a cosas que nos apetezcan en ese momento o tener que acelerar en las últimas etapas. Esta flexibilidad y permeabilidad a lo que pueda surgir es el espíritu del que quiero impregnar mi viaje.

Como decía Machado


Creo que Machado sería una buena compañía para este viaje, con su carácter reflexivo, sencillo, crítico y de buen talante. Al menos sus escritos me acompañarán.

Cada uno tiene su viaje y su vivencia personal hace que este sea único e irrepetible. Aunque el recorrido exterior sea parecido, los trayectos son solo dibujos en un mapa, líneas de marcadas en la arena que se borran con el viento. Cada paso que se da es fruto de las propias decisiones y su esfuerzo, y únicamente el caminante comparte esa posición y punto de vista. Cada paso,  puede ser una aventura.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar. 

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Así empezó todo


Por qué este cuaderno


Comienzo este viaje mientras termino otro viaje. Voy en autobús de Barcelona a Madrid regresando de un pequeño descanso entre los míos, ocho horas de viaje dan para mucho., incluso para empezar un blog. Soy muy inconstante con los diarios, espero ser un poco más regular con este tema. La verdad es que no quepo en mí de la ilusión…

Está decidido, voy a hacer el Camino de Santiago. Estos días me he empapado de muchísima información acerca de todo lo que rodea el Camino y poco a poco iré volcando aquí, cuando yo misma la asimile y consiga poner orden a toda la avalancha de información.
Hace mucho que tenía en mente hacer esta peregrinación, y una vocecita dentro siempre me decía que lo que verdaderamente me apetecía era realizarlo sola. En varias ocasiones han surgido conversaciones con amigos en las que se planteaba hacer juntos la peregrinación, pero en el fondo sabía que con ello estaba renunciando a parte fundamental de la esencia del viaje, al menos tal y como yo lo había concebido. Hacerlo por mi cuenta no se debe a buscar la soledad sino a tener la libertad total de buscar otra compañía, y sí, también gozar de cierta independencia.

Como decía, he empezado a consultar información, al ver que mucha valía la pena registrarse para usarla luego en el viaje, he visto que se me acumulaban los datos y ha surgido la necesidad de elaborar mi pequeña  guía adaptada. He estado añadiendo notas y reflexiones y se me ha ocurrido escribir un diario, porque será un bonito recuerdo de todo estos preparativos que forman parte de la experiencia del viaje. Entonces, hablando con familia y amigos, he visto que mucha gente había realizado ya el viaje, tenía un amigo que lo había hecho muchas veces, o había estado pensando en hacerlo. Surgían mil comentarios del estilo “pues ya te pasaré el vínculo con la información” o “le preguntaré a fulanito a ver cómo hizo tal cosa…”, así que creo que la mejor manera de compartir este bonito proceso es ponerlo visible en internet. Me servirá a mí para unificar todo el material y tener un recuerdo, ayudará a los demás a colaborar con sus pequeños granitos de arena a construir entre todos este viaje y quién sabe, quizá en el futuro, cuando ya lo haya terminado, puedo usar algunas entradas para ayudar a futuros peregrinos a construir su propia expedición.

¿El nombre del blog? Apenas tuve que pensármelo. Ítaca, todo un símbolo de las aventuras y el crecimiento personal, viaje entre los viajes, ya sean interiores o exteriores. Ítaca es el destino, no el camino; es una búsqueda de algo inefable que se materializa en un objetivo pero que está dentro de cada uno: como a Ulises, esta fuerza se convierte en un motor nos permite aprender, purgarnos, compartir y acumular, nos da ilusión, sentido y nos  brinda la opción de elegir nuestros pasos, equivocarnos y disfrutar; en definitiva, de vivir.

Realmente el viaje ya ha comenzado, y lo estoy disfrutando.

Primeros preparativos


Este primer sondeo se ha convertido en un verdadero trabajo de investigación y me lleva a descubrir muchas cosas, entre ellas la importancia de preparar el Camino, tanto mentalmente como también adelantarse con aspectos prácticos. En algunos viajes uno puede adelantarse y planificar, ver detalle a detalle antes de partir o, por el contrario, dejarse llevar por la improvisación. Sin embargo, con el Camino esta segunda opción no se puede hacer. Me explicaré mejor.

Hay cosas lógicas que incluso los que no estamos avezados al deporte de montaña podemos deducir, por ejemplo, la necesidad de realizar cierto entrenamiento previo. Otras cosas,  como la elección del material o algunos consejos básicos que no se me habrían ocurrido, pero que al leerlas veo que son de cajón. Lo curioso y bonito, en cambio, es descubrir aquellas cosas que son propias y únicas del Camino que solamente pueden descubrirse si alguien que ya lo ha recorrido las comparte, que no son transparentes ni el para más experto montañés por muy curtido que esté. Descubrir las peculiaridades del Camino, con su idiosincrasia y sus obstáculos, está siendo toda una experiencia

Afortunadamente, la información es muchísima y muy accesible, la gente se muestra muy colaboradora en foros y se intuye que esa fraternidad se hará extensible a muchas personas que me cruce en la peregrinación. Se percibe, se palpa, la gente vive muy intensamente esta experiencia y eso hace que mi ilusión crezca por momentos. Muchas gracias a todos aquellos que, sin saberlo, me habéis ayudado ya tanto compartiendo vuestras experiencias y permitiendo que aprenda de vosotros.
Seguiré contando…

En busca de mi Ítaca…


Comienzo este proyecto con muchísimas ganas e ilusión, como he dicho se trata de ir más allá del viaje en sí mismo.

Desde el primer momento he tenido presente las palabras de Kavafis, y para qué decir con mis torpes palabras lo que ya está expresado con maestría. Muchos ya conoceréis su poema más famoso y aquellos que lo leáis por primera vez seguro que encontráis muy sabios estos versos.


Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

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