Entre trigo y girasoles

Nunca había desconectado tanto y menos tan rápido. Es tan fácil olvidarte aquí del día de la semana...

Andar se vuelve tu rutina y cuidar de ti mismo eh las cosas más,elementales (comida, hidratación  etc) el eje de tus preocupaciones. Te desquitas enseguida de todo lo superfluo y aprendes que todo l que necesitas cabe en una mochila. Aquí todo el mundo es igual, independientemente de su edad, origen y condición social, y se hosanna las conversaciones y situaciones más variopintas con gente con la que en otros contextos no tienes ocasión de hablar.

El Camino te absorbe y te lleva a centrarte en el reto físico a la vez que te da la opción de pensar, relacionarte... Te saca de tu contexto y te obliga a centrarte en el aquí y el ahora, y te brinda cosas no imaginas.

Todo lo que dicen del Camino es cierto, pero más intenso y mejor. La solidaridad está en todas partes y la gente comparte toda la comida, bebida y demás posesiones  hay mucha generosidad, apuesto a que muchos abandonarán esta actitud cuando vuelvan a sus vidas, pero aquí es todo armonía. Lo único que la rompe son los momentos de agotamiento físico, y entonces te preguntas quién te mandaba meterte en tal fregao...

Estoy conociendo mucha gente estupenda y viendo lugares preciosos. Madrugamos mucho (entre cuatro y media y seis) para evitar las horas de más calor, pero también aprovechamos que el a la da los paisajes más bellos.  Ando una media de treinta km diarios y aún estoy sorprendida del buen ritmo que llevo, pese a que noto ya los sintomas de la fatiga acumulada

Aquí tenéis algunas fotos.

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1 comment:

  1. Chica, te veo encantada en las fotos.
    Qué bonita la puesta de sol!!!!!!
    Me alegro que estés disfrutando. Espero que por las noches, durante el reposo del caminante, estés haciendo un diario con tus reflexiones y pensamientos, eso te quedará para toda la vida.
    Un besote,
    Alberto.

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