Verde que te quiero verde

Andando todo se de distinto: cada paso cuenta y se sienten en el cuerpo todos los metros recorridos; la velocidad es mucho más lenta y se tiene tiempo para percibir cada detalle. En cuatro horas recorres lo que en coche serían quince minutos. Da tiempo a ver o todo, detenerse decidir y cambiar de opinión, volver atrás a disfrutar y a odiar el Camino, a emocionarte cuando ves que ya llegas al final de la etapa. También las transiciones del paisaje ocurren de forma mucho más gradual. Poco a poco, a partir de la zona de León y cuanto más nos acercamos a Galicia, el entorno se ha ido enverdeciendo y los pueblos cada vez son más cucos y cuidados: con casas de piedra y tejados de pizarra, balcones de madera con geranios y enredaderas... Todo muy coqueto.

Las zonas de sombra y los ríos donde bañarse van incrementándose y lo raro es no tener al menos un paro de ocasiones al día para darse un chapuzón. Pior contra, hay zonas mucho más montañosas y las etapas se han vuelto más duras: cuestas empinadas que tanto al subir como al bajar hacen sudar, por no hablar de las piedras que machacan los tobillos. Pensad que andar por estos tramos es duro de por sí, pero con el peso añadido de la mochila y lo que te desestabiliza es más difícil aún. Pero con lo bonito que es, casi se te olvida.

Hoy miraba el mapa de lo que llevo recorrido con orgullo y asombro. Se nos olvida lo que somos capaces de hacer y cuando te demuestras que puedes vivir más allá del confort que nos dan los coches, nuestras casas, renuncias a casi todo y ves que todo lo que necesitas cabe en.uns mochila (o menos) te sientes libre, te sientes bien. Extrañamente bien. No porque no quieras volver a las comodidades de tú vida, sino porque sabes q las disfrutarás más a la vez que no te dará tanto miedo perderlas porque hss descubierto que no las necesitas. Puedes improvisar y sentirte dueño de ti mismo. Como digo todo el rato, no deja de ser una pausa antes de retomar muchos de nuestros hábitos, pero a veces las cosas más importantes se escriben entre dos paréntesis y cambian el sentido de todo el texto. Dicen que una imagen vale más que mil palabras, aunque yo creo que no con mil imágenes ni un millón de palabras podría explicar muchas de las cosas que vivo, pienso y siento, así que os dejo algunas fotos para que os hagáis una ligera idea.

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2 comments:

  1. Es estupendo que hayas compartido estas experiencias con nosotros.

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  2. "Como digo todo el rato, no deja de ser una pausa antes de retomar muchos de nuestros hábitos, pero a veces las cosas más importantes se escriben entre dos paréntesis y cambian el sentido de todo el texto." Muy bonita y muy verdad esta reflexión. Leer tus reflexiones durante mi viaje en tren de vuelta de Santiago ha sido una suerte y me he sentido muy identificado con muchas de tus opiniones. Me encantan las fotos que has publicado, sobre todo en las que sales tú. Se te ve muy feliz y en paz.

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